Marcos 7,24-30: una mujer pagana acude a Jesús para que sane a su hojita, pero Jesús le dice que primero tiene que atender al pueblo judío creyente:»no está bien echar a los perros el pan de los hijos». «Señor, pero también los perritos debajo de la mesa comen las migajas que tiran los niños». «Anda, vete, que por eso que has dicho tu hija ha quedado sana», replica Jesús. ¡Qué bella lección de humildad y de confianza nos da esta mujer valiente, que se atreve a llevar su propia historia de dolor delante de Jesús para tocar la ternura de Dios, la ternura de Jesús. Esta madre nos invita a mantenernos en la intimidad con Él, a través de la oración, de los sacramentos, en el testimonio sencillo, en la generosidad que busca más dar que recibir, en muchos momentos y circunstancias que la vida nos ofrece para buscar al Señor de todo corazón. Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro. Buenos días nos dé Dios. 😇🥰💒🙏🏻👍